Desde mi experiencia – muy personal y subjetiva – , siento que a la mayoría de los jóvenes de Monterrey poco o nada les llama la atención visitar un mercado.

Si acaso algunos van a la “pulga” a comprar ropa, música o juegos baratos (léanse piratas), pero desde que los últimos son gratis en Internet, cada vez menos. Si de mercados hablamos, es probable que suene mucho más MercadoLibre.com… o no, ya que para esas cosas Ebay y Amazon son más “cool”.
Además parece que la gente relaciona cada vez más los mercados con la delincuencia. Ya sea porque creen que ahí se esconden los malos, o que el puestero mismo es el malo, o que los sicarios controlan el sitio cobrando derecho de piso a los comerciantes. Y es que con la paranoia de la inseguridad en los últimos meses uno ya no sabe. Recuerdo una anécdota que me contó un amigo, los diálogos no son exactos pero la experiencia sí:
(En un mercado de Monterrey)
-Eh, mira, el CD de (insertar grupo aquí), ¿a que no te lo vuelas?
-Ya estás carnal, aparte el wey ni está checando…
(Toma el disco sin que el puestero se dé cuenta, camina unos pasos pero luego se arrepiente y regresa a devolverlo)
-Hey, hace rato te agarré esto, perdón, no lo vuelvo a hacer…
(El vendedor le pone cara seria, luego agresiva…)
-¡Lárgate de aquí o si no te mato!
En fin, he ahí la historia. La imagen de los mercados concurridos con olores a verduras y pescado fresco sólo la he encontrado fuera de la ciudad. Aquí todo es puestos de comida chatarra, ropa barata, discos piratas y probablemente algunos malandros exigiendo su parte de las ganancias. ¿Artesanías? ¿En la gran mole urbana? Creo que no. Igual y hasta en Internet es más fácil.

Por Jorge Lavalle