Pero para nada, llegar puntual a una cita es algo que muy difícilmente se llega a cumplir, incluso muchas ocasiones en las invitaciones para bodas u otros eventos sociales relevantes se recurre a citar con media hora de anticipación, para así poder llegar a tiempo.
Llegar puntual a una cita puede mal interpretarse, porque demuestras la necesidad urgente de la misma, si vas a una reunión con algún cliente o alguna dependencia gubernamental, está bien visto llegar un poco tarde y cualquier pretexto es bueno para justificar tu retraso. Si la cita o reunión es con algún personaje del gobierno, seguramente deberás aguardar algún tiempo adicional para poder ser recibido; ‘hacer antesala’ es algo muy común y aunque el funcionario en cuestión se encuentre libre de ocupaciones, de cualquier modo deberás esperar un poco más de tiempo, con ello se remarca el ‘status’ de la persona citada y de quien la recibe.
Por Mariano Santos