Un fin de semana en Nueva York… Digamos que eres joven, fiestero; digamos que viniste a Nueva York más para descubrir porque la llaman “La Ciudad que Nunca Duerme” que para visitar el Moma y la Estatua de la Libertad. Vale, entonces ¿que podría NO hacerse en Nueva York un fin de semana?
La realidad es un poco más compleja: Nueva York es una ciudad que se descubre el mismo día en que se llega, es una ciudad que te abraza amablemente desde que pones tus pies en sus calles ¡O bien te estrangula desde ese mismo momento! Depende de cómo sea cada cual, más que de la ciudad en sí misma. Lo que está claro es que no le deja a uno indiferente.
Pero, atentos: Nueva York es una ciudad que llega a descubrirse con el tiempo y con mucho trabajo. Si queréis saber donde están las fiestas “de verdad”, necesitáis un largo periodo de adaptación (estamos hablando aquí de varios meses) o bien consejos de alguien local – y aún así, del local adecuado.
En cualquier caso, y lo digo desde la perspectiva de uno que lleva prácticamente dos años aquí, ya… Nueva York SI duerme, y comparativamente hablando, ¡duerme mucho! Simplemente, como en Estados Unidos todo cierra a las 12, o bien a las 2 de la madrugada en cantidad de estados, el hecho de aquí puedas estar en el bar hasta las 4, y después todavía encontrar sitios donde te sirvan comida, genera la ficción de “fiesta continua” entre la población Estadounidense. Pero que intenten contarle eso a alguien procedente de países donde el bar nocturno cierra con las luces del día siguiente.
Si uno quiere, realmente, exprimir la noche de Nueva York, uno debe dejarse llevar por la experiencia del tiempo y el flow de la noche. Si no, se verá envuelto en el ambiente del “turista”, el que más prevale pero menos divierte de esta jodida ciudad.
Por Ferran Masip Valls