El mercado de Valparaiso (Chile)
Plaza Echaurren
con olor a pobreza,
alrededor de tu fuente
prodigiosa.
Pasadero de micros y palomas
consistorio de taxis
de pintura astrosa.
Circo de locos que hablan solos,
oreadero de cesantes
y borrachos.
Plaza Echaurren
de árboles torturados
con el pelo siempre corto,
apenas verde;
limpia como una novia,
novia humilde.
Cruce de gritos amigos
sin origen,
de saludos guturales
entre ancianos,
y graznidos de un loro
en el olvido.
Varazón de bazares y garitos,
con balones de plástico en vitrina,
orilla de belleza y de miseria,
fisonomía de hombre derrotado.
Centro de gravedad de la Matriz
de la calle Clave, pentagrama
profuso en hoyos y adoquines,
del mercado en su altura
de tres pisos,
que esparce generoso
sus hedores.
Luces tu puesto
de flores miserables,
y una farmacia gris
sin un cliente,
laberinto de parejas proletarias,
y de escuálidas compras
de mendigo.
Anfiteatro de quiltros
hechos solo de sarna y cicatrices,
y de gatos alzados
que enarbolan
sus mil parches de color
y de arañazos;
bordeado de bancos con artrosis,
desdentados
de espalda curva en retorcidos fierros.
Lunar del pasado,
rincón de vejez
que mira al cerro;
víctima de sirenas
y de humanos calambres,
corona de princesa,
mística diadema
muerta de hambre.
(poema de Jano Antrix)
Por Amelia Ochoa Escala