Usar esta insignia de una estrella decorada con la bandera venezolana, podría tomarse como una ofensa a los símbolos patrios. Incluso por esta foto me juzgarían, por ejemplo, varios de mis contactos en Facebook.
Desde el sector político venezolano se dice todo y no se dice nada, por eso, la censura y autocensura son la religión oficial en Venezuela y desde luego, los medios digitales y sus usuarios sufrimos las consecuencias de esta práctica que ya casi es inconsciente.
Acostumbrados como estamos los venezolanos a la polarización política, hace años que en este país hemos perdido los valores de la compasión, la hermandad y la solidaridad. Ahora todo pasa por la lupa deformante de las tendencias ideológicas.
Nos autocensuramos para sobrevivir. Por inercia. La teoría de la evolución de Darwin deberá incluir una Coda que reseñe la lucha por la supervivencia en el siglo XXI.
Por Sofía Lucía Barres-Isaac