Posted March 24th, 2011 at 6:30 pm (UTC+0)
Como es bien sabido, en Estados Unidos la cultura del “mercado”, en un sentido más amplio de la palabra, hace tiempo que ha desaparecido.
Los núcleos urbanos donde la gente antiguamente se reunía para abrir el mercado han dado paso a los monstruosos malls (a todo el mundo le resulta familiar el nombre de, digamos, Wal-Mart). Esos centros comerciales son los espacios que, hoy en día, generan la ficticia percepción de “el centro del pueblo”, donde la gente puede, por un rato, tener la sensación de Comunidad.
Pero también es verdad que Nueva York es un caso aparte. Lo es en todos los sentidos; una burbujita americana que en realidad no representa, cultural ni socialmente, la mayor parte de la población de Estados Unidos.
En Nueva York existen cantidad innumerable de mercados. Una vez más, no representan la antigua idea de “El Mercado”, pero aun así, siguen siendo relativamente fieles a la venta al por menor de productos en paraditas en la calle.
Un buen ejemplo podría ser el que se monta, muy a menudo, en Union Square, a la altura de la calle 14. Allí uno puede encontrar, en las paraditas de la plaza, desde productos artesanales (como miel hecha en la ciudad, por sorprendente que parezca) a hortalizas de huerto, algo de ropa, y demás. Pero la cultura de mercado se extiende y distorsiona en esta ciudad hasta explorar nuevos conceptos, como podría ser el de “flea market”: un sitio donde todo aquello que se vende es de segunda mano, viejo, o si uno quiere engañarse, vintage. Se encuentran sobretodo fuera de Manhattan, siendo sobretodo conocidos los flea markets de Brooklyn, donde los hipsters se apilan y pelean con tal de comprar lo que su abuela no quiso conservar.
Pero si uno quiere tener la sensación de mercado, probablemente la mejor opción sea pasear por China Town. Aunque se trate de negocios tradicionales, el hecho de que su comida esté presentada en la calle en formato de “paraditas”, sumado a gente entrando y saliendo y hablando y comprando y preguntando y gritando… Ese dinamismo humano ligado con el comercio en la calle es, quizás, el mayor Mercado de Nueva York.
Por Ferran Masip Valls